Descripción
Con ellas nutrimos nuestra piel con aceites y manteca de karite. Además nos relajamos gracias a las sales de Epsom.
Después de un día largo y estresante, es muy agradable tomar un baño largo y tranquilo.
Con las sales se mejora la circulación. Es recomendable en tensiones musculares y espasmos. Además ayudan a purificar la piel, a eliminar el sudor, limpiar los poros y las toxinas.
A los beneficios de las sales de baño hay que añadir las de los aceites esenciales, propios de la aromaterapia.
La forma más pura de las sales, nos pueden beneficiar por ellas mismas, pero igualmente por los minerales y nutrientes que aportan, ayudan a mantener la piel suave. Los minerales que pueden aportar, magnesio, potasio, calcio, bromo y sodio.
El aceite y las hojas del olivo ofrecen las indispensables funciones de hidratación, remineralización y reestructuración de los estratos epidérmicos.
-Contrarrestan los signos del tiempo.
-Neutralizan los radicales libres equilibrando los esenciales factores biodérmicos, previniendo los daños cutáneos provocados por la oxidación, lo que es equivalente a combatir el envejecimiento celular:
– la vitamina E que contrarresta los radicales libres, mayor responsable del proceso de envejecimiento;
– la vitamina A que combate la deshidratación de las mucosas;
– Squalene: que penetra en los estratos profundos de la piel y reforma el hilo hidrolipídico (debilitado de los rayos solares y detergentes) renovando la piel.
– Acidos Linolenico y Linoleico que previenen disturbios de la piel como eczema, acné, psoriasis y piel seca.
– Beta-caroteno que dona elasticidad a la piel;
– Acidos y alcoholes triterpenicos que son cicatrizantes.
San Lorenzo 490, 
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