Estudió Psicología en la Universidad del Aconcagua y poco a poco su interés por la educación alternativa y las prácticas que acompañen el crecimiento de los seres en su estado de libertad, aceptación y amor fue encontrando su camino. Allí fue como conoció a través de distintos maestros al Yoga y desde entonces hacen 6 años que no se ha separado de la práctica.
Actualmente trabaja con niños y adolescentes acompañando el proceso de expansión de la conciencia dictando clases de yoga en diferentes lugares de Mendoza, en hospitales con enfermos terminales, en encuentros de meditación y en sesiones individuales y familiares.
Inspiraciones: los viajes, escribir, el contacto con diferentes modos de ver la vida, el cuerpo, la alimentación.
Porqué practico: porque es un modo de conocerme a mí misma en donde soy mi propio maestro y mi única guía.
Porqué enseño: porque es un modo de recordar que nuestro cuerpo contiene una sabiduría ancestral que pocas veces se despierta y que con el Yoga vamos despertando poco a poco.